MANEJO DE LOS SÍNTOMAS DE LA ASCENSIÓN
Arcángel Miguel
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El mensaje del Arcángel, es corto...
luego continua Celia Fenn, la canalizadora, con una clara y rápida visión del
desarrollo de este tema, desde el año 2000 hasta este momento.
A
través de Celia Fenn
Esta canalización fue dada en respuesta
a un Trabajador de la Luz que estaba experimentando “Síntomas
Ascensionales” severos.
Ahora las energías de la Naciente
Nueva Tierra van a seguir siendo potentes y, hasta que los humanos
ascendidos aprendan a mantener su equilibrio en esas energías, seguirán
experimentando esos “síntomas ascensionales”.
Así pues, esperamos que lo que te vamos
a decir ahora sea una manera de dirigirte y guiarte a un espacio desde el que
seas capaz de atravesar futuros portales estelares y vórtices energéticos sin
que pierdas tu equilibrio hasta un punto tal que te desorientes y enfermes,
como te ha sucedido en el pasado.
Para esto la clave está en integrar
plenamente tus energías superiores e inferiores, lo que significa que estés
completamente ARRAIGADO para que
seas capaz de alinear ese vehículo físico arraigado tuyo con tus Cuerpos Energéticos
Superiores, que son los vehículos de tu conciencia multidimensional.
Como verás, a menudo la gente del
planeta que tiene una fuerte misión espiritual pasa muchísimo tiempo en el
reino espiritual, hasta llegar a desarraigarse seriamente, al carecer de la
sólida cimentación al plano terrestre que se requiere para sostener y llevar
consigo las poderosas energías ascendidas de la Nueva Tierra. Por eso
a veces, cuando las energías son particularmente fuertes, se desequilibran y su
vehículo físico se ve sobreexigido, lo que genera enfermedad e infelicidad.
Todos
los síntomas físicos que manifiestas son el resultado de que tus cuerpos
superiores e inferiores no estén plenamente alineados y equilibrados. Porque, cuando
los cuerpos están equilibrados y el CORAZÓN funciona a pleno rendimiento, es
cuando la energía es capaz de fluir limpiamente desde los niveles superiores a
través del chakra del corazón y hacia la Tierra , como se supone que
debe hacerlo. En estos momentos muchas personas son incapaces de transferir la
energía desde lo superior a lo físico, lo que se percibe como palpitaciones cardiacas y vértigos que
se producen cuando la energía se remonta de vuelta a los cuerpos superiores. El
cuerpo inferior se siente mal, débil y cansado, ya que está vibrando fuera de
armonía con la energía del superior.
Además es posible que veas que te
vuelves hipersensible e irritable, o
bien que estés deprimido y lloroso.
O tal vez estés muy absorto en ti mismo y representes dramas de ego y control.
Esas
no son evidencias de que necesites “sanar tu niño interior”, ya que la mayor
parte de los seres ascendidos ya han superado esa sanación básica. Lo que se pone
en evidencia es que los chakras inferiores están siendo desequilibrados por las
poderosas energías que están activas en los chakras superiores. Si quieres,
imagínate que tus chakras inferiores están siendo “sobreacelerados”; en ese
proceso se produce un cierto “cabeceo” y distorsión hasta que los chakras se
acostumbran a sus nuevas “tasas de giro”.
Muchas personas nos han dicho que no
entienden por qué se sienten tan sensibles,
enojadas o desequilibradas. O que sienten que no pueden hacer nada para que
se les pase. Bien, es verdad. Una vez que los chakras inferiores empiezan a
girar a sus nuevas tasas, que son las necesarias para equilibrarse con los
chakras superiores, ya hay poco que puedas hacer excepto permitir el proceso y
saber que pronto sentirás los beneficios de dicho proceso de alineación. Pero
debes saber también que este proceso de
equilibrado es natural y “automático”, y que las energías superiores alcanzarán
ese equilibrio si se les dan el tiempo y el espacio necesarios.
Esto no es nada más que una fase
temporal de alineación, y tus cuerpos
energético y físico se las arreglarán para alinearse y equilibrarse a tiempo.
Puedes colaborar con este proceso comprendiendo, en primer lugar, que se trata
de un proceso de alineación, y que alinear
lo superior con lo inferior aliviará esos síntomas. Por supuesto, la
CLAVE está en el CORAZÓN.
El
corazón debe estar plenamente abierto para permitir el libre flujo a través del
sistema de la Energía Cósmica Creativa. Cuando los cuerpos están alineados y el corazón abierto, el cuerpo
físico funciona como es debido como canal de la Energía
Creativa Divina.
En este libre flujo y completa
alineación se crea el espacio para la experiencia y los milagros. Porque el
flujo de la Energía Creativa Divina se hace tan poderoso e intenso que puede
conseguirse casi cualquier cosa.
Pero esto se logra mediante el flujo de
la energía del corazón, no con la cabeza. Tan
pronto como el “ego” o cabeza intenta controlar el proceso, el flujo se
interrumpe. Y se bloquea la manifestación de milagros. Lo que se produce es
una sensación de estar en el “limbo”,
como si en tu vida no pasase nada.
De hecho, eres tú mismo quien está
creando esa energía de “callejones sin salida” al no estar dispuesto a
aceptar que se produzcan milagros en tu vida. Tu mente racional dice: “No, no
es posible”, y así “apagas” la energía y te rehúsas a permitir la
manifestación. Y por eso vives en un lugar aparentemente insignificante, cuando
podrías estar en un lugar de gran riqueza y abundancia simplemente si quisieses dejar que tu corazón te llevase hasta allí.
Y
lo único que se requiere es que te dejes llevar y que experimentes
sencillamente lo que tengas que sentir, y que dejes de estar teniendo siempre
que juzgarlo y analizarlo todo con tu cabeza para reaccionar posteriormente con
tu ego.
Habrá que entrenar al ego para que
trabaje en armonía con el corazón y para que deje que éste sea el líder. Sólo
entonces habrás entrado plenamente en el ESPACIO de tu CORAZÓN y serás capaz de
equilibrar las energías y de manifestar lo que desees. A menudo desperdicias
tanta energía en resistirte a lo que deseas manifestar y el Universo desea
darte que te agotas intentando mantener emplazados creencias y programación
vieja.
Es hora de dejarse llevar y de permitir
la abundancia de amor y de bienestar material con la que en la actualidad,
desea cubrirte el Flujo de la Inteligencia Creativa Divina.
Por eso quisiéramos decirte también que,
ahora que las energías vuelvan a empezar a acelerarse nuevamente al estar yendo
hacia el portal estelar 11:11 para dirigirte después a la puerta 12:12 y al
solsticio de verano, hagas estos sencillos cambios en tu vida:
Asegúrate de pasar algún tiempo al aire libre todos los días, ya sea paseando
por la naturaleza o trabajando en un espacio ajardinado. Esto te ayudará a
mantenerte arraigado.
Intenta eliminar todos los alimentos procesados y concéntrate en las frutas y
vegetales orgánicos frescos, comiendo arroz integral, legumbres o brotes.
Esto te aportará, a través de la alimentación, energía terrestre potente y
fresca.
Dedica algún tiempo tranquilo todos los
días a tu meditación y a tu
desarrollo personal para ti solo, no para el planeta o los demás, sino para ti.
Considera tu propio desarrollo como persona y qué podrían estar necesitando de
ti tu alma y tu espíritu que pueda ayudarles en su camino terrenal. Date amor
incondicional, para que después puedas compartirlo con los demás y con el
planeta.
Más adelante, a medida que te vayas
aproximando a nuevas cimas energéticas, te sentirás más arraigado y te
manejarás mucho mejor.
También te sugeriríamos que, como práctica diaria, te visualices erguido
y con tu energía fluyendo hacia la Tierra. Contempla la energía
que corre desde el Cosmos hacia tu chakra de la corona, pasando después a tu
corazón para bajar por tu cuerpo hasta tu chakra de la Estrella de la
Tierra y, desde él, a las rejillas cristalinas. Esto establecerá un flujo de
energía que te permitirá permanecer centrado y abierto sin perder tu equilibrio
y sin que tus chakras giren descentrados y distorsionados, lo que ocasiona
desequilibrio e incomodidad.
Continúa Celia Fenn:
EL PLAN SUPREMO Y COMO NOS AFECTA
síntomas más habituales de la ascensión
Si has experimentado bastantes de estas
experiencias, seguramente estés teniendo o hayas tenido los síntomas más
habituales de la ascensión. Aunque son muchos como para enumerarlos aquí, somos
demasiadas las personas que los hemos experimentado como para considerarlos una
casualidad o achacarlos a un algún extraño virus. Estos síntomas y experiencias
son un resultado directo de nuestro proceso de expansión espiritual, ya que
estamos empezando a aumentar nuestra vibración para poder contener más luz que
nunca.
En el año 2000, un grupo de almas
comenzó un proceso de evolución espiritual sin precedentes que muchos han dado
en llamar «ascensión». Al nivel más elevado del alma, se decidió que ya era
hora de concluir las cosas aquí en la Tierra, de liberar y recuperar cada
forma a la que habíamos infundido nuestra energía durante eones de tiempo desde
el comienzo, y de empezar de nuevo creando un nuevo planeta Tierra antes de
embarcarnos en nuestras próximas aventuras como almas. Este proceso milagroso y
extremadamente desafiante creó muchas experiencias extrañas, confusas y, en el
mejor de los casos, inusuales de apertura a un mayor nivel de conciencia y a
una mayor conexión con la fuerte y con nuestras propias almas, pues estábamos
regresando a casa.
Te preguntarás:
«¿Soy
yo parte de este plan y de este proceso?», y «¿Cómo puedo saberlo?».
Descartando la recesión económica como
causa, puede ayudarte contestar a las
siguientes preguntas:
¿Has sentido en los últimos años y
meses como si estuvieras al límite de lo que podías resistir?
¿Has tenido muchos altibajos, extraños dolores y molestias físicas, y pérdidas en forma de
amigos, trabajo, familia, dinero y muchos otros aspectos?
¿Has sentido mareo y vértigo, dolor de
cuello y espalda, e intolerancia
hacia formas más bajas de energía? ¿Sientes tu abdomen más grande o
hinchado?
¿Te preguntas a quién tienes enfrente
cuando te miras al espejo? ¿Sientes que
has perdido tu identidad?
¿Has sido «apartado» de tu trabajo
habitual y te cuesta encontrar otro, a pesar de que nunca antes te había
ocurrido?
¿Te has mudado a un nuevo lugar?
¿Experimentas instantes en los que sientes mucho frío y pareces no poder
entrar en calor?
¿Has tenido sofocos o sudores nocturnos que no estén
relacionados con la menopausia? (incluso si eres un hombre).
¿Te sientes expulsado de tu sitio
por gente de una vibración más baja?
Cuando acudes a un compromiso o a un
sitio público, ¿te sientes como si
estuvieras «actuando»?
¿Te cuesta recordar cómo eras
durante tu infancia e identificarte con ella?
¿Has tenido algún problema
importante de salud en los últimos años que te haya hecho sentir impotente e
indefenso?
¿Sientes la necesidad de estar con niños? Al estar con ellos, ¿sientes de
repente que todo está bien y que puedes relajarte y sentirte como en casa?
¿Has tenido temporadas en las que
te despertabas siempre a la misma hora por la noche?
¿Has tenido ansiedad, pánico o algo que parecía depresión?
¿Tienes ocasionalmente pesadillas extrañas e inquietantes que
no son normales en ti?
¿Has tenido experiencias de olvidar lo que ibas a decir o
resultarte casi imposible encontrar palabras para expresarlo?
¿Has tenido periodos en los que se
repiten en tu vida ciertos números,
como por ejemplo en relojes digitales, matrículas u otros lugares?
¿Con frecuencia escribes o deletreas mal las palabras o
superpones frases, aunque nunca antes te hubiera pasado?
¿Has tenido momentos en tu vida en
los que te sentías desarraigado?
¿Olvidas con frecuencia las cosas a corto plazo y a veces no
recuerdas lo que te pasó ayer o hace tan sólo un momento?
¿Has sentido algo parecido a una bajada
de azúcar que te obligaba a comer cada
dos horas?
¿Pierdes a veces el control de tus emociones (tristeza o llanto
repentinos, o simplemente hipersensibilidad)? ¿Te sientes a veces solo y
perdido?
¿Tienes a veces la sensación de que ya no encajas en ningún sitio?
¿Has descubierto que la única
forma de mantener la cordura es quedarte
en casa, en tu propio refugio?
¿Tienes una fuerte sensación de que estás aquí para hacer algo, pero no recuerdas
lo que es? ¿Sientes que echas algo de menos, pero no sabes lo que es?
¿Te sientes a veces desarraigado y
como si giraras sin control, pero otras veces no?
¿Te preguntas por qué las cosas
parecen ir a peor en vez de mejorar?
¿Te cuesta más que antes estar en sitios con mucha gente, como
centros comerciales y similares? ¿Has visto luces, oído voces, sentido
zumbidos o pitidos en los oídos, o
una energía desconocida latiendo a
través de tu cuerpo?
¿Tienes brotes de síntomas alérgicos, problemas en los senos nasales o dolores de
cabeza? ¿Alguna vez has sentido como una energía
atravesando tu coronilla?
¿Has
dejado de leer información sobre espiritualidad y crecimiento personal?
¿Te cuesta cada vez más pasar una cantidad importante de tiempo con
personas que parecen «desconectadas», movidas por el ego o con muchos
«problemas»? ¿Sientes la necesidad de huir de ellas?
¿Te preguntas dónde demonios has venido
a parar? ¿Sientes que no deberías estar aquí y tienes ganas de volver «a casa»?
Si has experimentado bastantes de estas
experiencias, seguramente estés teniendo o hayas tenido los síntomas más habituales de la ascensión.
Aunque son muchos como para enumerarlos aquí, somos demasiadas las personas que
los hemos experimentado como para considerarlos una casualidad o achacarlos a
un algún extraño virus. Estos síntomas y experiencias son un resultado directo
de nuestro proceso de expansión espiritual, ya que estamos empezando a aumentar
nuestra vibración para poder contener más luz que nunca.
(Un inciso: es mejor buscar ayuda médica
siempre que sea necesario, pues no todos los síntomas extraños que tenemos son
siempre atribuibles al proceso de ascensión.)
A medida que vamos subiendo de nivel en nuestro proceso evolutivo
espiritual, estas experiencias van disminuyendo considerablemente. Si
hacemos los cambios internos necesarios
limpiando y desprendiéndonos de las viejas energías inferiores, nos
aseguraremos de acceder a una nueva forma de vivir y de ser más elevada, y,
finalmente, descubriremos que ya apenas tenemos dichas experiencias. Entonces sabremos que estamos preparados
para el siguiente nivel.
Hacia finales del 2008 se produjo un cambio muy importante en el proceso
de ascensión. Hasta entonces, habíamos evolucionado de manera continuada
mediante pequeños pasos, ¡aunque a veces no fuera eso lo que parecía! Lo que
hacíamos era parecido a terminar un capítulo de un libro: liberarnos de gran
parte de nuestras antiguas vidas y formas de ser, y pasar al capítulo
siguiente. Pero el fin de 2008 marcó el
fin de un libro entero y no sólo de un capítulo. Fue un momento crucial en
nuestro proceso evolutivo espiritual. Un número suficiente de personas habían
llegado a un punto de masa crítica y estaban empezando a ocupar el lugar en el
que habían estado los que les habían precedido, y era el momento de que empezar
un nuevo libro, o de ocupar una nueva «residencia» dimensional.
Este libro era sin duda nuevo para
cada uno de los peldaños de la escalera de la ascensión, es decir, que todos avanzamos a un nivel superior en
relación con el que habíamos habitado antes. El proceso de ascensión
requiere de muchos periodos de espera para que las masas vayan llegando antes
de que nosotros mismos podamos subir otro peldaño. En ese sentido, quizá tú
seas de los que habían avanzado mucho ¡y estabas ya muy cansado de esperar!
Cuando esperamos, a veces nos parece que estamos estancados, encajonados o quizá
rodeados de energías oscuras y densas que nos reclaman. Pero con la llegada del
fin de año, esa espera llegó a su fin. ¡Los que habían llegado antes llevaban
muchísimo tiempo esperando!
¿Y dónde están ahora? ¿Dónde se
han ido aquellos que habían estado reservando el sitio para las masas? Pues
hemos ido a un lugar nuevo y a una nueva realidad, la de convertirnos en ángeles humanos. Hemos sentido que se nos exigía
mucho, nos hemos quejado y protestado, y nos hemos sentido cansados hasta
llegar al final… y el final de esta primera fase masiva nos ha traído a este
nuevo comienzo en el que nos encontramos.
Los nuevos síntomas y cómo hemos evolucionado
¿Has perdido las ganas de ser un
sanador?
¿Has sentido en los últimos meses
que la energía que solías contener ya no está?
¿Te preguntas a qué debes
conectarte ahora y cómo tienes que hacerlo?
¿Sientes de repente que tu vida está «aquí» y no en otro sitio, como
te pasaba antes?
¿Has perdido las ganas de salvar a las personas o las causas y
simplemente quieres quedarte donde estás, sin
necesidad de luchar?
¿Has dejado de acudir a grupos y hablar continuamente de temas
espirituales?
¿Has dejado de meditar, «limpiarte», actuar para crear, movilizar
energía o consultar fuentes de adivinación?
¿Has perdido el deseo de elevar la energía del planeta, sanarlo o
similares?
¿Sientes que ya no tienes la necesidad de hacer que las cosas ocurran?
¿Estás cansado de estar solo, cuando antes no te importaba, y ansías la
compañía de otros?
¿Sientes que tu energía personal es más «sutil» que antes?
¿Sueles sentirte invisible cuando estás en un sitio público?
¿Notas que tus necesidades se cubren de forma natural, sin que tengas
que esforzarte? O, mejor dicho, ¿notas que rara vez te falta algo?
¿Has empezado a establecer unos sólidos límites y notas que
ya no estás tan «abierto» a todo y a todos como antes?
¿Has empezado a valorar las cosas pequeñas y a
descubrir que ya no estás tan interesado
en las posesiones materiales, en conseguir lo que quieres o en que las cosas
sean de determinada manera?
¿Empiezas a darte cuenta de que no todo
gira en torno a ti, de que el comportamiento de los demás no tiene nada que ver
contigo y has dejado de tomarte las
cosas de forma personal?
¿Das prioridad a tu salud y tu felicidad?
¿Te sientes ahora cómodo negándote a participar en cosas que sientes que
no van contigo?
¿Te resulta más fácil «cerrar la puerta» a los demás, sabiendo que no
tienes que ser amable ni complaciente en tu interacción con ellos y que,
para empezar, interactuar con ellos ni siquiera era tu intención?
¿Sientes una paz y una calma que no solías experimentar antes, y que
estás seguro y protegido?
¿Estás listo para retirarte?
¿Estás más atento a lo que sucede
a tu alrededor en vez de a lo que pasa contigo?
¿Ves más claramente a los demás y
qué han venido a aportar? ¿Los reconoces
y conectas fácilmente con ellos cuando es necesario?
¿Eres más consciente del conjunto,
puedes interactuar en grupo sin atribuirte o infravalorar la contribución y los
dones de los demás? ¿Les permites que participen sin sentir que intentan
imponerse o controlarte?
¿Te das cuenta de que no hay nada que «arreglar» y que nunca lo
hubo? ¿Has dejado de ofrecer tus
servicios cuando nadie te los pedía (y eso incluye también a la naturaleza
y al propio planeta)?
¿Encuentras ahora las respuestas en tu interior, y rara vez
consultas fuentes externas?
¿Sabes que no eres «perfecto» y
que nunca lo serás?
¿Posees un gran don o habilidad y
los demás suelen decírtelo, pero no tienes ni dea de a qué se refieren?
¿Ha dejado de incomodarte ver sufrir a otro, sabiendo que es su
camino y que tiene un propósito superior?
¿Eres capaz de tomar decisiones con el corazón, la intuición, o
simplemente atendiendo a lo que sientes que está bien, sin necesidad de una
explicación racional?
¿Sabes lo que tienes que hacer, y te das
cuenta de que todo lo demás son las pasiones o el propósito de otros,
manteniéndote en tu papel y sin adoptar el de ellos?
¿Has descubierto que pasas más parte de
tu tiempo centrándote en una de tus pasiones o talentos en lugar de en varios
intereses como hacías antes?
Si te sientes identificado con alguna de
las afirmaciones anteriores, seguramente te estés convirtiendo en un ángel
humano. Pero debes saber que estos cambios nos llegan paso a paso. En eso
consiste la evolución. Así, puede que sólo tengas algunas de las experiencias
mencionadas, pero no todas. Con el tiempo, acabarás experimentando la mayoría,
y sentirás que tienes que «esperar» a que los demás lleguen al mismo punto, ya
que todos formamos parte de un bien amado todo. Además, ¡nosotros también
empezaremos a tener nuevas y emocionantes experiencias!
Si ya no te sientes tan conectado
a la Fuente o a una vibración más alta como antes, debes saber que
hay una buena razón para ello: hemos
alcanzado un punto en nuestro proceso evolutivo espiritual en el que ya tenemos
suficiente luz dentro de nosotros. Nos hemos «graduado». Eso significa que
estamos listos para conectarnos unos a otros. Estamos habitando un nuevo
espacio de luz mediante una red de hermanos y hermanas, y a partir de ahora
nuestras conexiones serán con nuestra alma y con los demás.
Bienvenido, ángel humano, a la siguiente
fase del regreso a casa…
por Karen Bishop.
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