jueves, 12 de octubre de 2017

Sigue las Señales...


Siguiendo las Señales que marca el camino...Confía: Pues el Camino se revela a sí mismo.


viernes, 6 de octubre de 2017

Ecuanimidad y Sabiduría


Llaga el momento de prueba para nuestra civilización: El como reaccionemos marcará la diferencia de nuestro futuro inmediato. Ahora se revela en la escena exterior la oportunidad de demostrar si todo lo que hemos aprendido y desarrollado hasta hoy, nos ha funcionado.
Grandes desafíos tenemos por delante: Económicos, sociales, emocionales, vocacionales, etc. ¿Escucharemos la llamada de la luz o de la sombra? 
Ahora se verá si somos espirituales o no.
Un ser espiritual muestra sabiduría en todas sus manifestaciones, y ecuanimidad: No se afecta por aquello que sucede fuera pues conoce perfectamente que todo es Maya: Una ilusión 3D. En cambio, contribuye con sus Ondas de Paz y de Armonía al Bienestar colectivo irradiando desde su corazón Amor y Concordia, usando los medios de que dispone: Meditaciones, oraciones, Compasión, Sanación, Irradiación de Energía, Decretos, su ejemplo, consejo y saber estar, etc; para ayudar a sus hermanos.
Os dejo con una oración, que ha compartido recientemente un monje budista, instructor de Mindfulness en España:

Siendo consciente de que el fuego no puede apagar el fuego, renuncio aquí y ahora a encenderlo.

Siendo consciente de que el odio solo conduce a más odio, renuncio aquí y ahora a alimentarlo.

Siendo consciente de que la hostilidad solo conduce a más hostilidad, renuncio aquí y ahora a justificarla.

Siendo consciente de que el deseo de venganza solo conduce a más deseo de venganza, renuncio aquí y ahora a estimularlo.

Siendo consciente de que la violencia solo engendra violencia, renuncio aquí y ahora a ejercerla sobre otros.

Siendo consciente de que una mancha de sangre no puede limpiar una mancha de sangre, renuncio aquí y ahora a derramarla.

En estos momentos de aflicción, pueda yo permanecer atento y consciente,
de manera que la cólera, el odio, el resentimiento, el deseo de venganza, la hostilidad
no aniden en mi corazón.

(Dokushô Villalba).