La adaptabilidad y
sin embargo la fuerza de romper la roca, una presa y hasta
horadar un cañón... Tal es la fuerza del elemento agua, quien a pesar de todo
nunca deja de ser agua; y aunque el agua esté revuelta y llena de sedimentos...
Los sedimentos, éstos acaban por asentarse en el fondo, y el agua vuelve a
estar limpia. Aunque los ríos bajen sucios después de una tormenta, pasados
unos días vuelven a estar cristalinos. La pureza es otra
virtud del agua. Hace mucho tiempo alguien me regaló una tarjeta con esta
frase:
"Sé
puro como el agua de la Fuente, que es agua Solamente".
Debemos
ir desprendiéndonos de todas aquellas impurezas que se nos han ido adhiriendo a
lo largo del tiempo y que no forma parte de nuestra verdadera esencia;
para empezar a resonar con nuestro propósito original.
(Maiga
Gómez)
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