LAS SECUOYAS OS LLAMAMOS A DESPERTAR...
Somos las
‘Gigantes’, vestigios de una civilización muy antigua que la mayoría de vosotros
hace mucho olvidó. Llegaron y se fueron los milenios y nosotros seguimos aún
aquí, en número gradualmente decreciente por la mano de leñadores codiciosos,
cuya única consideración respecto a nosotros es la cantidad de dinero que
pueden embolsarse, reduciendo nuestra población día tras día.
Como una especie de inteligencia dévica colectiva, nuestra
presencia agració este planeta durante millones de años, remontándose a los
tiempos de la tierra mágica de Pan. Durante millones de años, la gente de este
planeta ha sostenido la mayor reverencia y respeto hacia la belleza y sabiduría
que mantenemos, y ante el profundo sentido de paz y armonía que irradiamos a lo
largo y ancho del entorno donde moramos. Aquellos que tienen la capacidad de
comunicarse e interaccionar concientemente con nosotras, reciben nuestros dones
y el conocimiento que poseemos. Desconocidos para la mayoría de vosotros,
tenemos muchos conocimientos y sabiduría que compartir. Algún día os
despertaréis a esta realidad y desearéis haber sido más concientes de quiénes
somos y de las importantes contribuciones que hemos realizado sobre vuestro
planeta.
Vivimos y
prosperamos en el antiguo continente de Lemuria, mucho más
allá de la orilla oeste de los EEUU. En un tiempo, nuestro espíritu y nuestra
forma física se extendieron casi por todas partes de este planeta. En este momento,
somos las únicos supervivientes de la gloria y la belleza que hubo una vez
sobre la superficie de este orbe. Somos las historiadoras y el eslabón de
conexión con vuestros ancestros, vuestras raíces y vuestro propio pasado en la
civilización lemuriana y más allá. La gente se ha lamentado una y otra vez de
que Lemuria se perdió sin ningún rastro. Nosotras os decimos que estamos aquí,
sin ser reconocidas. Nosotras somos las únicas que hemos sobrevivido a los
cambios catastróficos que ocurrieron hace veinte mil años, y hemos permanecido
aquí, en vuestra costa americana del Pacífico para vuestro beneficio.
¿Por qué no habéis
reconocido y apreciado el gran servicio que nosotras, como especie, hemos
ofrecido a vuestro planeta durante tantísimo tiempo y el gran servicio que
hemos de seguir proporcionándoos desde este mismo día sobre vuestra costa, en
lugar de producir una gradual y constante destrucción de nuestra especie por
vuestra inconsciente civilización actual?
Durante los millones de años de nuestro servicio a este planeta, ninguna
civilización había tratado nunca de buscar eliminarnos tan cruel y
despiadadamente como lo hacen los norteamericanos del siglo XX de la mano de
vuestros gigantes industriales, con el apoyo completo de vuestro gobierno. Los
gobiernos son los responsables de mantener los beneficios de la totalidad, a
largo plazo, así como los beneficios de los grupos explotadores, a corto plazo.
Por el beneficio
de unos pocos dólares en las manos de unos pocos, estáis eliminando vuestro patrimonio
ancestral y destruyendo los Seres que os protegen. Lo que estáis haciendo, a
modo de analogía, es el equivalente a una historia bíblica que todos conocéis:
la de aquel que cambió todos los dones maravillosos y riquezas de sus derechos
de primogenitura por un plato de lentejas. También puede compararse a los
perros que muerden la mano de quien les quiere y alimenta.
Siempre, en todas
las regiones y eras, los árboles hemos sido honrados y queridos por todos los
regalos que desde la tierra hemos podido distribuir libremente para todos. Muy
poca gente hubiera considerado alguna vez destruirnos de la manera en que se
hace hoy en este país, lo que hubiera sido considerado un atentado y una
violación de uno de los tesoros más preciados de la Tierra. La costa oeste de
los Estados Unidos y la Baja California es cuanto queda hoy de los últimos
tesoros de la antigua Lemuria. Hasta hace cerca de 60 años, había miles y miles
de acres honorables y benditos en la costa oeste de los EEUU. Ahora hay
solamente unas pocas y escasas franjas de nosotras dejadas aquí y allá, sólo
como una muestra.
Toda la belleza
del pasado está a punto de desaparecer en nombre de un falso sentido de
‘progreso’, para ser reemplazada por mucha fealdad. Estáis tan lejos en vuestra
conciencia de la verdadera belleza y valores, que pocos de vosotros se han dado
cuenta. ¿Dónde habéis invertido vuestros valores?
Aunque la mayoría
de nosotras, como especie, hemos sido destruidos por vuestra moderna tecnología
y por vuestra falta de conciencia y consideración hacia los tesoros de esta
Tierra, nuestro Espíritu continúa vivo. Cada vez que uno de nosotros perece
frente a las sierras mecánicas de los madereros, el Espíritu del árbol muerto
se mueve a otra dimensión para una nueva reencarnación, donde somos amados,
honorados y apreciados.
Nuestra especie,
como inteligencia dévica colectiva, también vive en muchas dimensiones
superiores en este planeta y más allá, donde prosperamos y donde sus habitantes
valoran nuestra presencia y nuestros dones. Vivimos en gran número en el
interior de la Tierra, en la Tierra Interna, la Tierra Media y las ciudades
subterráneas de este planeta, donde honramos las vidas de los seres amorosos y
sabios que residen es esos extraordinarios lugares. ¡Tenéis mucho que aprender,
amigos míos, sobre los ‘valores reales’ de la Vida!
Si nuestras palabras os parecen demasiado duras, tomadlas como una
llamada al despertar, una súplica de compasión para todas las demás formas de
vida en este planeta que están recibiendo de la humanidad un trato equivalente
al que recibimos nosotros.
A la larga, cuando
hayáis alcanzado un estado de evolución suficientemente elevado para entender
las leyes eternas de la unicidad de toda la vida, sabréis que el amor y la
compasión que otorgáis a otro, sin importar la forma que tome, la ofrecéis
también en vuestro propio beneficio. Destrozáis la Tierra y sus muchos reinos
y, en última instancia, esas energías volverán a vosotros. Os convertiréis, en
vuestras encarnaciones siguientes, en los receptores de vuestro propio
destrozo. Estas son las inmutables leyes cósmicas de la unicidad, sobre las
cuales se basa toda la Creación.
En todas las
sociedades iluminadas nadie corta nuestros cuerpos, en forma de árboles
gigantes, para sus usos personales (y nunca para su beneficio), hasta que
nuestra encarnación en estos cuerpos se complete y nuestro Espíritu haya
abandonado esta forma. Es solamente entonces cuando se corta la madera con gran
respeto y destreza, y es usada para múltiples propósitos. La maravillosa madera
que proporcionamos es también parte de los regalos con que dotamos a este
planeta, como presente a todos vosotros de nuestro Espíritu, lo que nunca ha
significado que pueda ser monopolizado por unos pocos especuladores para ser
vendida en corporaciones industriales multimillonarias que no mantienen ni amor
ni conexión con la naturaleza y la evolución dévica. Nosotros pertenecemos a
todos, nadie tiene derecho a ‘poseernos’ ni a ‘disponer’ de nosotras a su
antojo. Nadie puede nunca reclamaros ser dueño de un trozo de terreno. Por
derecho divino toda la tierra pertenece al cuerpo de vuestra amada Madre
Tierra. Ella es soberana.
Si pensáis que sois
dueños de un trozo de tierra o tenéis derechos sobre algún terreno, ‘como
mucho’ sois sólo sus administradores temporales, y sois totalmente responsables
ante los Consejos Superiores de cuanto hagáis con ello. La
administración de la tierra y de los animales son iniciaciones evolutivas muy
importantes sobre el camino de la vida. En todas las sociedades iluminadas,
debido a que la madera es utilizada de forma sabia y juiciosa, hay abundancia
para todos y abastece todas sus necesidades sin racionarse ni escasear.
¿Os habéis
percatado de la diferencia en la actividad de huracanes y tornados entre la costa
este y oeste de los EUA? ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué la costa
oeste no ha recibido la misma cantidad de cataclismos anuales como sucede tan
frecuentemente en la costa este?
Deseamos contaros
que la costa oeste se libra cada año de muchas calamidades potenciales debido a
‘Nuestra Presencia’. No ‘sólo somos árboles’ como habéis sido conducidos a
creer en vuestra escasa conciencia espiritual, nosotros somos mucho más que
eso. Nuestra forma arbórea es solamente un envoltorio externo, nuestro Espíritu
colectivo es inmenso, poderoso, englobador y sabio; más allá de vuestra actual
comprensión limitada y despertar evolutivo.
Nosotros los Secuoyas, somos los guardianes y devas de la costa oeste y
debido a nuestra presencia, nuestro amor y grandes poderes protectores, este
país ha sido aislado de muchas calamidades de la naturaleza. Por favor,
recuerden que los desastres naturales son producidos, siempre, por
desequilibrios energéticos en la retícula electromagnética de la Tierra, que
proceden de vórtices de energías discordantes que han sido creadas y acumuladas
por un uso incorrecto de las energías creativas de la humanidad, pensamientos
negativos y falta de calidad de amor de unos hacia otros y hacia todas las
demás formas de vida. Somos los armonizadores de la naturaleza donde vivimos, y
nuestra influencia se irradia lejos y ampliamente. Durante siglos hemos podido
absorber en nuestros gigantescos cuerpos gran parte de vuestras energías
discordantes, de modo que aislamos al hemisferio occidental de las
consecuencias de muchos desastres naturales.
Cuando
constituíamos grandes efectivos cerca de vuestras orillas y sobre vuestras
costas, éramos entonces mucho más eficaces protegiéndoos de los contratiempos
potenciales, o cataclismos, que llegaban a vuestra orilla desde el Océano
Pacífico o de cualquier parte. Ahora, con nuestros efectivos reducidos tan
drástica y diariamente por la falsa pretensión de ‘progreso’, sin ningún
proceso mental o consideración acerca de quiénes somos, de cuál es nuestro
papel en esta zona de vuestro país, y sin recibir gratitud alguna por la gran
protección que hemos ofrecido a vuestra costa durante tantísimo tiempo, os
avisamos.
Nuestro número ha
sido ahora reducido hasta el punto en que cada vez nos resulta más y más
difícil continuar proporcionando a la costa oeste la protección que hemos
podido ofrecer hasta ahora, y la mucha mayor protección que necesitaréis en un
futuro cercano. Nos gustaría añadir que ante la continúa reducción de nuestro
número, como habéis estado permitiendo hasta la fecha durante las últimas
décadas, estáis exponiendo vuestras costas, la tierra oeste de los EUA y sus
habitantes, a un riesgo muy superior de severos desastres catastróficos. Sois
descuidados, sin pensar más allá, destruyendo cada día a ‘Las Guardianes de
los Seres Divinos’ que durante eones
de tiempo han estado protegiéndoos a vosotros, a vuestras playas y a vuestra
tierra.
Una vez que nos
extingamos por las hachas y las sierras de aquellos que nos consideran
simplemente como símbolos del dólar, no vamos a volver a esta dimensión. Iremos
a cualquier parte para continuar sirviendo, bendiciendo e irradiando nuestros
propósitos. El resto de nosotras se unirá a los millones de nuestra especie que
ya han partido. Nuestras almas son inmortales, igual que las vuestras. La
muerte de nuestros cuerpos será vuestra gran pérdida en este país, como pronto
descubriréis, y una pérdida para la tercera dimensión de este planeta. Si no
podemos continuar haciendo lo que hacemos aquí, nos iremos a pastos más verdes
donde reinen el amor, la luz y el honor y donde seamos apreciados. Agradecemos
a Aurelia Louise el tiempo que ha empleado en escuchar sin interrupción nuestra
profunda llamada desde su corazón y su alma, y por tomar nota de este mensaje urgente
que hemos estado deseando compartir con la humanidad durante tanto tiempo,
antes de que sea demasiado tarde.
Os hemos acunado
con nuestra protección, amor, sabiduría, nuestra paz, armonía, belleza, madera
y oxígeno; hemos adornado vuestro paisaje durante millones de años, en cada una
de vuestras muchas encarnaciones. Nos conocéis, así como nosotros os conocemos.
Debido a vuestra caída en tan gran densidad de conciencia y a la inconsciencia
en que os encontráis en este tiempo importante de transición de la Tierra,
habéis olvidado vuestras raíces y vuestros ancestros, y habéis olvidado quiénes
sois realmente.
Desde no hace
mucho reconocéis a la Tierra como vuestra Madre, una formidable vida celestial,
Ser que respira el orden e inteligencia más elevado, un Ser que es amor, que es
respetado y honrado en todos los planetas de este sistema solar, las múltiples
galaxias de este universo y todos los demás universos más allá de éste. Ella es
la única que ha apoyado vuestra evolución personal sobre su cuerpo con tal
inmenso amor, abundancia y nutrimento, durante tantísimo tiempo, totalmente
incondicional, sin importar lo que habéis hecho a su organismo.
Os ha permitido
dañar, envenenar y destruir partes de su ser incontables veces para ayudaros a
forjar vuestro camino evolutivo. Habéis expoliado sus recursos, drenado su
sangre, representada por el petróleo dentro de su cuerpo, y asesinado y
mutilado a sus hijos.
Muchos de vosotros estáis imprudentemente destruyendo grandes porciones
de tierra y hábitat de muchos reinos que ella también amorosamente alberga
sobre su complexión, además de la multiplicada humanidad. Habéis sido brutales
con sus reinos inocentes del mundo animal y habéis sido brutales, incluso, unos
contra otros. Ella considera a todos los seres de sus muchos
reinos como sus hijos, cualquiera que sea la forma que ellos tomen.
Habéis olvidado que
todos los reinos que evolucionan en este planeta saben o desconocen que
vosotros tenéis los mismos derechos para vivir aquí y compartir este planeta,
cualquiera que sea la forma que ellos tengan. A la humanidad nunca le fue dado
el dominio de este mundo como un pasaporte para abusar y destruir otros reinos,
incluyéndonos a nosotras. El dominio que le
fue dado a la humanidad fue un pasaporte para aprender el dominio sobre su
propia ‘naturaleza inferior’, con objeto de que volviera a su divinidad e
inocencia original.
Os enviamos hoy a
través de esta canal una llamada de socorro. Haced lo que podáis para preservar
lo que queda de nosotras. El tiempo se acorta. Estáis ahora muy cerca de un
momento donde necesitaréis nuestra protección más que nunca antes. Si dentro de
poco no hubiera suficientes de nosotras para ofrecer la protección que vais a
necesitar durante los cambios de la Tierra, que están YA sobre vuestras cabezas
en este momento, entonces tendréis que enfrentaros a las consecuencias de
vuestras creaciones kármicas sin el beneficio añadido de nuestra protección. Y
entonces sabréis, y repetimos, sabréis!!! Estaréis visitándonos en vuestra
alma, y será demasiado tarde. Nuestro espíritu estará viviendo en alguna otra
parte, en las tierras del amor y el agradecimiento.
Nosotras somos el Espíritu de las Secuoyas, somos las fieles amigas que
han amado y querido a todos vosotros desde hace muchísimo. Somos las gigantes
sabias que han acunado y nutrido todas las civilizaciones de vuestro planeta
desde el mismísimo principio. Somos Devas que sostienen grandes poderes y somos
también parte del equipo protector de este planeta. Somos las fieles sirvientas
de vuestra “Bendita Madre Tierra."
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